1.
“Busquen primero el Reino de Dios y su
justicia y todo lo demás les será dado por añadidura.”
2.
“Reavivar en el mundo la fe y la
confianza en Dios, Padre de todos los hombres, por medio del abandono total en
su Divina Providencia.”
3.
“Tenemos un Dios que es Padre.”
4.
“Dios es Padre, nos cuida, nada escapa
a su mirada, nada puede suceder de improviso, como de sorpresa; todo es
regulado y ordenado por su infinita sabiduría, potencia y bondad.”
5.
“No hay madre que ame tanto a su
criatura, como Dios ama a todos y a cada uno de nosotros. Debemos sentirnos
llevados por sus tiernas manos.”
6.
“El Señor, nuestro Padre bueno,
dispone cada cosa para el mayor bien, entreguémonos a Él con sincera
confianza.”
7.
“Nosotros los cristianos debemos
siempre ver las cosas a la luz de la fe.”
8.
“La Divina Providencia
es una madre tierna que todo lo ordena para nuestro bien, mejor dicho, para
nuestro mayor bien.”
9.
“Sentir la vida y vivirla en un
abandono confiado y filial en la Divina Providencia,
sin angustiarnos en las dificultades.”
10.
“La Providencia de Dios
nos protege de un modo milagroso. Pero no está dicho que nosotros debemos estar
de brazos cruzados. Es necesario tener la cabeza bien puesta sobre los
hombros.”
11.
“De nuestra parte trabajemos, hagamos
como si todo dependiera de nosotros y después dejemos obrar a Dios y a su
Providencia.”
12.
“¡Fe en Dios! Esta es la hora de la
fe. En un mundo que se aleja siempre más de Dios, encendamos en nosotros esta
llama que aclare el camino también a los otros.”
13.
“Espíritu de fe; ver al Señor en todo
y en todos. Por lo tanto, que nuestra fe sea práctica y laboriosa.”
14.
“Ningún contraste debe haber entre la
fe que profesamos y la conducta que tenemos.”
15.
“La fe debe señalar la norma constante
de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, de nuestros juicios.”
16.
“Vivamos una vida de fe, pensando que
estamos aquí de paso, que la presente vida no es fin en sí misma, sino
preparación a la verdadera vida en la santa eternidad, y que todo se debe
enlazar con ella.”
17.
“Retornemos a la práctica del Santo
Evangelio sin mutilaciones, sin interpretaciones arbitrarias, buscando penetrar
su sentido y su espíritu puro y genuino para conformar a él nuestros juicios y
nuestra vida.”
18.
“Debemos volver a Dios, a Cristo, a su
Evangelio que debemos practicar, yo diría, al pie de la letra.”
19.
“Hay demasiada disonancia entre lo que
el Evangelio enseña y lo que nosotros practicamos. Debemos quitar este
contraste.”
20.
“Debemos renovarnos y nos renovaremos
si vivimos en la práctica el Santo Evangelio, si somos evangelios vivientes.”
21.
“Ir a los más pobres, a los más
humildes, a los enfermos, que son los más queridos por Dios y en los cuales
Jesús quiere estar representado. Esta es nuestra característica: no a los
grandes sino a los más pequeños nos manda el Señor.”
22.
“¡Cuánta importancia se da a la palabra
de los hombres en la tierra! Y está bien. Pero ¡Cuánto más debemos darle a las
del Señor! Tengamos fe entonces en el Señor. Fiémonos de su Palabra.”
23.
“Cada Palabra de Dios, permítanme la
expresión, es consagratoria, sacramental, obra lo que dice.”
24.
“Hagamos como ha hecho Jesús: primero
y sobre todo seamos fieles a la oración, a la vida de unión con Dios.”
25.
“La actividad exterior está destinada
a ser estéril, si no apoya sus raíces en el sagrado y fecundo terreno de la
vida interior.”
26. “Si tienen algún momento triste, ya
saben el remedio: ir de inmediato delante de Jesús que está en el sagrario
dispuesto a confortarnos, a ayudarnos.”
27.
“Y para que nuestra oración sea más
aceptable al Señor, es preciso ponerla en las manos y en los labios de la Virgen María.”
28.
“Son los padres, sobre todo, los
maestros naturales de los hijos que la Providencia les confía por un gesto de soberana
benevolencia.”
29.
“Den a los hijos el tesoro de la
educación cristiana, antes que nada con el ejemplo, más que con la palabra.”
30.
“Trabajemos para que la familia
recupere su lugar de nobleza y santidad. No se ahorren esfuerzos para
construir, sobre bases cristianas, las familias que van surgiendo y para hacer
retornar a su nobleza aquellas que se han alejado.”
31.
“Jesús nos dice que nosotros no fuimos
hechos para esta tierra y, sí, para el cielo. Aquí en la tierra debemos buscar
solamente el Reino de Dios. Así como Cristo fue enviado por el Padre, nosotros
también fuimos enviados por Cristo.”
32.
“Retornemos a las fuentes puras y
genuinas del Evangelio, viviendo como vivían los primeros cristianos, sin
egoísmos, considerando que todas las personas pertenecen a Dios.”
33.
“Todo es grande, nada es sin
importancia, cuando es hecho en honor de la Majestad infinita de Dios.”
34.
“Tengamos siempre delante de nuestros ojos
el ejemplo de Jesús: El, que era el Hijo de Dios, no se recusó a ser un pobre
operario.”
35.
“En nosotros debe resplandecer la pura
luz de Cristo: es Él la luz verdadera que ilumina todo hombre que viene a este
mundo, pero no se puede ver su luz si esta no es reflejada por nosotros.”
36.
“Nuestro tesoro debe ser Jesús en la Eucaristía.”
37.
“Ya fueron hechas tantas
predicaciones, ya fueron hechos tantos libros, pero todo eso es solamente la
moldura del cuadro. Lo que falta son los ejemplos. Los ejemplos arrastran.”
38.
“Felices ustedes que tienen la
posibilidad de hacer el bien a quien sufre: será grande la recompensa del
Señor.”
39.
“Somos todos cristianos, vivamos
entonces en la sincera caridad, amémonos los unos a los otros.”
40.
“Somos todos hijos del mismo Padre que
está en los Cielos, somos todos hermanos en Cristo que nos salvó, somos todos
una única familia, la familia de Dios.”
41.
“El odio es la muerte, el amor es la
vida; el odio es tormento, el amor es alegría.”
42.
“Permítanme que les diga, con todo mi
corazón: amen, amen, amen a Nuestra Señora.”
43.
“Sin la ayuda del Señor, nada se puede
hacer. Recurramos al Señor con nuestra humilde y fervorosa oración.”
44.
“Es necesario vivir una vida de íntima
unión con Dios, recurrir a la oración, pero no una oración hecha de cualquier
modo, de los labios para afuera, pero que nazca del corazón.”
45.
“Recurramos con insistencia confiante
al Espíritu Santo, único maestro de la vida interior.”
46.
“El cristiano debe ser un hombre de
oración.”
47.
“Oración; sí, grande amor a la
oración. Humildad, confianza y abandono en las manos de Dios.”
48.
“El sufrimiento, cuando es aceptado
con espíritu de fe, es una moneda preciosa, con la cual podemos adquirir
gracias para nosotros mismos y para los demás.”
49.
“La ciencia, el progreso, los
descubrimientos que nos llenan de admiración, grandes dones de Dios que
deberían ser orientados para el bien de todos, tornan el hombre orgulloso,
llegando a dar la sensación de no necesitar más de Dios.”
50.
“El pecado hoy ya no es más pecado; no
hay arrepentimiento, ni esfuerzo para cambiar de vida.”
51.
“Todos los grandes males que surgieron
en el mundo fueron y siguen siendo causados por el orgullo y por la soberbia.
Pidamos todos los días, a Dios, la virtud de la humildad.”
52.
“Jesús no dice “sin dinero y sin recursos nada pueden hacer”; pero dice: “sin mi nada pueden hacer”.”
53.
“La caridad no empobrece, sino que
enriquece. Y quien practica la caridad tiene firmada la entrada en el cielo.”
54.
“La caridad es como el sol: penetra
por toda parte y hace el bien a todos.”
55.
“Buscar el Santo Reino de Dios significa
esforzarse para que reine siempre y en todos la caridad.”
56.
“La caridad debe ser nuestro
distintivo.”
57.
“Recordemos que debemos amar a Dios,
pero no lo podemos hacer sin amar al prójimo.”
58.
“Haz todo con la santa intención de
colaborar con el Señor y serás feliz.”
59.
“De nuestra parte, trabajemos,
haciendo como si todo dependiese de nosotros; después, dejemos lo demás para
Dios, que tiene su tiempo, sus días, sus caminos.”
60.
“Aceptemos siempre todas las cosas y
acontecimientos de la mano del Señor.”